Conociendo los Milagros

"El propósito de la psicoterapia es eliminar los obstáculos a la verdad y abandonar su fijo sistema ilusorio. Propone reconsiderar sus causas y aprender a evaluarlas correctamente. En una relación terrenal paciente-psicoterapeuta Dios ofrece Sus más grandes regalos a ambos.
La psicoterapia enseña el perdón y ayuda al paciente a reconocerlo y a aceptarlo. Y en su sanación el terapeuta se perdona junto con él.
El que necesita ayuda se está atacando a sí mismo y la paz de su mente está sufriendo. A estas tendencias autodestructivas el paciente mismo las percibe de esa forma y es un concepto que él ha fabricado. Lo defiende dispuesto a sacrificar su vida en nombre de ese yo.
La psicoterapia debe reestablecer a su conciencia la habilidad para tomar su propia decisión. De entender que lo que uno percibe ha sido proyectado por el y que no existe. El paciente debe separar la verdad de la ilusión y ver a las ilusiones como falta y la verdad como tal. Mediante este proceso se puede ahorrar mucho tiempo. Toda psicoterapia finalmente conduce a Dios y todos somos sus psicoterapeutas, pues todos somos sanados en Él."
".El propósito de la psicoterapia es eliminar los obstáculos a la verdad y abandonar su fijo sistema ilusorio. Propone reconsiderar sus causas y aprender a evaluarlas correctamente. En una relación terrenal paciente-psicoterapeuta Dios ofrece Sus más grandes regalos a ambos.
La psicoterapia enseña el perdón y ayuda al paciente a reconocerlo y a aceptarlo. Y en su sanación el terapeuta se perdona junto con él.
El que necesita ayuda se está atacando a sí mismo y la paz de su mente está sufriendo. A estas tendencias autodestructivas el paciente mismo las percibe de esa forma y es un concepto que él ha fabricado. Lo defiende dispuesto a sacrificar su vida en nombre de ese yo.
La psicoterapia debe reestablecer a su conciencia la habilidad para tomar su propia decisión. De entender que lo que uno percibe ha sido proyectado por el y que no existe. El paciente debe separar la verdad de la ilusión y ver a las ilusiones como falta y la verdad como tal. Mediante este proceso se puede ahorrar mucho tiempo. Toda psicoterapia finalmente conduce a Dios y todos somos sus psicoterapeutas, pues todos somos sanados en Él."

Confucio: el emperador sin corona de China

"A los 15 puse mi corazón en el aprendizaje.
A los 30 había formado mi carácter.
A los 40 no tenía dudas.
A los 50 conocía el mandato del Cielo.
A los 60 nada me perturbaba.
A los 70 podía seguir cualquiera de mis deseos sin traspasar la frontera de lo correcto".