“Así como en el pasado el dinero fue el instrumento del egoísmo de los hombres, ahora debe ser el instrumento de su Buena Voluntad.”
“La distribución de los recursos del mundo y la ajustada unidad de todos los pueblos, son en realidad, una misma cosa, porque detrás de todas las guerras modernas existe siempre un problema económico fundamental. Cuando éste se solucione, las guerras cesarán en su mayor parte. En consecuencia, al considerar el manenimiento de la paz, que las Naciones Unidas en la actualidad tratan de lograr y hacer resaltar, se evidencia inmediatamente que la paz, la seguridad y la estabilidad del mundo se hallan principalmente ligadas al problema económico. Una vez que nos hallemos libres de necesidades, desaparecerá una de las causas principales de la guerra. Cuando la distribución de la riqueza del mundo no es equitativa y existe el problema de que unas minorías lo acaparan todo mientras otros carecen de lo más elemental, es evidente que hay un factor que fomenta dificultades, por lo tanto es necesario hacer algo para evitarlo.”
Extractado del Libro “Los Problemas de la Humanidad”, DK a través de Alice A. Bailey
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“El espejismo del materialismo es la causa de la presente angustia mundial, pues lo que llamamos problema económico no es más que el resultado de este espejismo particular. En el transcurso de las épocas este espejismo ha despertado cada vez más el interés de la raza, hasta que hoy todo el mundo ha sido arrastrado al ritmo de los intereses monetarios. Siempre ha existido un ritmo que emana de los niveles del alma, establecido por Aquéllos que se han liberado del control de las necesidades materiales, de la esclavitud del dinero y del amor a las posesiones. Actualmente ese ritmo superior es proporcional al espejismo de ritmo inferior, y de allí que todo el mundo piensa cómo salir de la actual encrucijada materialista.
Esas almas que permanecen en la luz, y se hallan en la cumbre de la montaña de la liberación, y las que están saliendo de las brumas del materialismo, son bastante como para realizar un trabajo definido en conexión con la disipación de este tipo de espejismo. La influencia de sus pensamientos, palabras y vidas puede efectuar, y efectuará, un reajuste de valores y logrará establecer un nuevo nivel de vida para la raza, basados en una clara visión, un correcto sentido de proporción y en la comprensión de la verdadera naturaleza de la relación que existe entre el alma y la forma, el espíritu y la materia. Aquello que llenará una necesidad vital y real, siempre existe dentro del plan divino. Lo que es innecesario para la correcta expresión de la divinidad y para una vida plena y rica puede ser obtenido y poseído, pero únicamente a costa de perder lo más real y de la negación de lo esencial.
Extractado del Libro “Espejismo (Glamour)”, DK a través de Alice A. Bailey
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“Dos factores principales condicionan la oportunidad actual y pueden considerarse que llegarán a ser un gran obstáculo, y si no se eliminan, el retorno del Cristo será grandemente demorado. Estos son:
1. La inercia del cristiano común, u hombre espiritualmente orientado, tanto de Oriente como de Occidente.
2. La falta de dinero para el trabajo de preparación.
3. La Falta de Apoyo Financiero para el Trabajo de Cristo.
Quizás ésta sea la dificultad mayor y a muchos les parece a veces insuperable. Involucra el problema de la verdadera administración financiera y la orientación de sumas adecuadas de dinero hacia determinados canales que ayuden definidamente en el trabajo de preparación para el retorno de Cristo.
Está estrechamente relacionado con el problema de las correctas relaciones humanas.
Por lo tanto, el problema es particularmente difícil, porque los trabajadores espirituales no sólo tienen que preparar a la gente para dar, de acuerdo a sus posibilidades, sino que en muchos casos deben proporcionar ante todo, un móvil tan atrayente que se vea obligada a dar. También tendrá que proporcionar la institución, fundación u organización para administrar esos fondos.
Esto representa una tarea muy difícil. La encrucijada actual no radica solamente en reunir fondos para Su retorno, sino en el egoísmo enraizado en la mayoría de quienes detentan la riqueza mundial, que cuando dan -si es que dan – lo hacen para aumentar su prestigio e indicar su éxito financiero. Naturalmente hay excepciones, pero ellas son relativamente pocas.
Igualmente puede decirse que si el valor y la responsabilidad espirituales otorgados al dinero (en la medida que sea) hubieran sido debidamente enseñados y valorados en los hogares y en las escuelas, no tendríamos las asombrosas estadísticas del dinero gastado en todo el mundo antes de la guerra (y aún hoy en el hemisferio occidental), en golosinas, bebidas, cigarrillos, diversiones, vestimenta innecesaria y lujos. Estas estadísticas suman cientos de millones de dólares por año. Una fracción de ese dinero, que significa un mínimo de sacrificio, permitiría a los discípulos del Cristo y al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo preparar el camino para Su venida y educar la mente y el corazón de los hombres a fin de establecer correctas relaciones humanas.
El dinero -así como otras cosas de la vida humana- ha sido mancillado por el egoísmo y acapararlo para fines individuales y nacionales egoístas. La Guerra Mundial (1914-1945) es una prueba de ello, pues si bien se habló mucho acerca de “salvar al mundo para la democracia” y de “librar una guerra para terminar con las guerras, el objetivo principal fue la autoprotección y la autoconservación, el ansia de lucro, la venganza por viejos odios y la recuperación de territorios. Los años transcurridos desde la guerra lo han probado.
Sin embargo, durante todo el tiempo la Humanidad Una -no importa el país, color o credo- está reclamando paz, justicia y seguridad. Esto podría procurarse por el correcto empleo del dinero y la comprensión, por parte de los acaudalados, de su responsabilidad económica basada en los valores espirituales. Excepto algunos filántropos de visión amplia y de un puñado de estadistas eclesiásticos y educadores iluminados, este sentido de responsabilidad económica no se encuentra en parte alguna.
Ha llegado el momento de revalorizar el dinero y canalizar su utilidad en otros sentidos. La voz del pueblo debe prevalecer, pero debe ser un pueblo educado en los verdaderos valores, en las significaciones de la verdadera cultura y en la necesidad de establecer correctas relaciones humanas. Por lo tanto es esencialmente, una cuestión de sana educación y de correcta preparación para la ciudadanía mundial, algo no emprendido aún. ¿Quién puede impartir entrenamiento?
Ante esta perturbadora situación financiera, ¿cuál es la solución del problema? Hay hombres y mujeres en todos los países, en todo gobierno, en toda iglesia, religión y fundación educativa, capaces de dar la respuesta.
¿Qué esperanza albergan para ello y para el trabajo que se les ha confiado?
¿En qué forma pueden ayudar los pueblos del mundo, los hombres de buena voluntad y de visión espiritual? ¿Qué pueden hacer para cambiar el concepto generalizado en el mundo, respecto al dinero, a fin de canalizarlo donde se lo emplee en forma más correcta? Debe hallarse respuesta a estos interrogantes.
Las Fuerzas del Mal están derrotadas, aunque todavía no “han sido selladas” las puertas detrás de las cuales la humanidad puede encerrarlas, según lo predice El Nuevo Testamento. El mal trata de hallar todo camino disponible para un nuevo acercamiento pero -y esto podemos decirlo con confiada insistencia- las personas humildes, cuyo punto de vista es iluminado y altruista, son suficientemente numerosas para hacer sentir su poder si así quieren. En todo país hay millones de hombres y mujeres espiritualmente orientados, que llegado el momento de encarar globalmente esta cuestión del dinero, podrían recanalizarlo en forma permanente.
En todos los países existen escritores y pensadores que sumarían su poderosa ayuda y lo harán si se los aborda correctamente. Hay estudiantes esotéricos y devotos religiosos a quienes se puede apelar para ayudar a preparar el camino para el retorno de Cristo, especialmente si la colaboración requerida consiste en emplear dinero y tiempo para establecer correctas relaciones humanas e incrementar y difundir la buena voluntad.
No se necesita una gran campaña para reunir fondos, sino el trabajo desinteresado de miles de personas aparentemente sin importancia. Diría que lo que más se necesita es valor, porque se debe tener valentía para vencer la desconfianza, la timidez y el desagrado, al presentar un punto de vista relacionado con el dinero. Aquí fracasa la mayoría. Es relativamente fácil actualmente reunir fondos para la Cruz Roja, hospitales o instituciones educativas. Resulta sumamente difícil hacer lo mismo para la propagación de la buena voluntad y el empleo correcto del dinero en la difusión de ideas avanzadas tales como el retorno de Cristo. Por lo tanto, repito: el primer requisito es Valor.
Extractado del libro “La Reaparición de Cristo”, DK a través de Alice A. Bailey
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